jueves, marzo 23, 2006

Se acabó el trámite del Senado ¿Y qué?


Entre tanta tregua de ETA, que no deja de agradecerse, han pasado de rondón las votaciones en el Senado sobre la LOE, nuestra ínclita Ley Orgánica de Educación, que ahora parece fuera de la actualidad totalmente. Curiosamente siempre en el ámbito de la Adicional Segunda (debe ser una manía, pues allí estaba en la LOGSE), ha cambiado el status de la asignatura de religión, que ahora ve contemplados evaluación y alternativa. La pena estriba en que ahora llegará al Congreso donde, presumiblemente, se procederá a la faena de Penélope, destejer aquello que el Senado ha tejido, y devolver a la asignatura al status de "maría" o de extracurricular.
Ante esta más que posible realidad más de uno se preguntará: Entonces, ¿para qué sirve el Senado? El que suscribe tiene clara (desde hace muuuuuuuuuucho tiempo) una cosa, desde luego para nada que sea útil a los ciudadanos, quizá si les sea útil a los políticos, por ejemplo para marear un poco las leyes y así dar tiempo a llegar a algún acuerdo más, para marearnos a los ciudadanos con leyes de ida y vuelta, y probablemente, mucho más importante (para ellos, claro), para justificar el sueldo de más de un centenar de políticos más o menos retirados de "primera línea" haciendo como que hacen algo.
Bien, volvamos a la dura realidad, al Congreso. Allí la LOE seguirá su "consenso" y su lenta andadura... ¿Cabe esperar algo? Ya veremos, dijeron los ciegos...
ZP recibirá el martes a Rajoy, ¿recibirá alguna vez a los responsables de la CONCAPA por aquello, ya olvidado al parecer, de los tres millones doscientos mil firmantes? Por lo menos hay algo claro: Os dedico un dibujo de los críos, que por lo menos es como más bonito que tanto trámite político, espero que os guste.

miércoles, marzo 22, 2006

La noticia sin noticia de la clase de religión


Sorprendía ayer en un periódico el titular que daba a entender que a los profesores de religión se los recolocaría como profesores de EPC (o religión laica, para los amigos). Mi primera reacción fue pensar que alguien, o más bien "alguienes", se había vuelto loco: Tanta pasión por quitar la religión de la escuela, tanta importancia de la "nueva" asignatura que afirmará los valores "sociales y democráticos" (los que le interesen al gobierno de turno, of course), para ahora entregarla a aquellos que han pasado años (cito literalmente, más o menos, a determinado grupo mediático y a sus amigos) "dando catequesis" o "usando las aulas como púlpitos" o "examinando la fe" o sandeces similares. ¡Acabáramos!
Una vez uno lee el artículo va y resulta que lo que expone el titular no tiene que ver con hecho objetivo alguno, ni con movimiento gubernamental o episcopal alguno, sino que viene a ser lo que desea un señor, más sindicalista que profesor de religión, y que probablemente si le propusieran estar él y cuantos profesores de religión quisieran pasarse pegando sellos en los centros escolares hasta el día de la jubilación, lo aceptaría sin dudarlo un momento, mandando a tomar viento (por decirlo fino) la asignatura que, entre otras cosas, le ha dado de comer hasta el día de hoy. Vamos, viene a ser como un brindis al sol, pero con titular en primera página. ¡Patético! ¿No?
Bueno, entonces... ¿qué? Pues que seguimos en el mismo sitio, y cada uno a su bola: Yo sigo sin tener claro si mis hijos podrán recibir una educación integral en condiciones (y no creo ser el único), si podrán recibir clases de religión sin que eso suponga un castigo para ellos (se las pongan a las dos y media de la tarde, por ejemplo), si alguna vez en este país podrá haber una educación fuera de la lucha política, y muchas otras dudas existenciales más.
Igual con lo de la tregua de ETA hay más suerte, pero la verdad es que lo dudo, aunque parezca un poco paradójico que un creyente crea en tan pocas cosas... ¿No?

jueves, marzo 16, 2006

¡Se animó la cosa!

Por fin hay novedades en la ínclita LOE, que últimamente parecía incapaz de generarlas. Nada menos que ¡una que trata la asignatura de Religión como si fuera una asignatura de verdad! ¡No me lo puedo creer!
Sí, en la Comisión del Senado se ha admitido una enmienda que habla de una asignatura en condiciones con una alternativa "real", aunque ya ha habido quien ha avisado que ni siquiera saldrá adelante en el Senado (no te digo nada ya en el Congreso, donde la cosa está aún más cruda). En fin, por lo menos vemos que la cosa se mueve, y eso está bien.
Por otro lado, encontramos a la Señora Ministra que ha justificado la muy criticada asignatura EPC (religión laicista, para los amigos) con las recomendaciones del Consejo de Europa. Es curioso que nuestra dirigente sólo considera las recomendaciones de ese Consejo que le interesan, porque hace nada que ese mismo Consejo de Europa se ha pronunciado a favor de promocionar la enseñanza de la religión, como nos narra esta noticia (que no ha aparecido en los diarios españoles, qué curioso), e incluso en otras decisiones más importantes (y no tan lejanas) propuestas por ¡un miembro de su mismo partido político!, como ésta. Señora Ministra, las recomendaciones del Consejo de Europa no son un menú a la carta: Si valen para la EPC, también valen para la Religión ¿no cree?

miércoles, marzo 08, 2006

Crónicas de una ley olvidada

¡Ya no es noticia!
Está increíblemente "mising" de la actualidad, ocupada por otros derroteros, siempre de bronca política, pero ahora es por otras cosas. La ministra del ramo también: ni se ve, ni se oye, ni se siente. El futuro de, por lo menos, una generación se mueve en el filo de la navaja, pero no es noticia. Los sindicatos "de clase" aseguran el futuro laboral de los profesores de religión, pero quieren que desaparezca su puesto de trabajo (¡!). Los senadores preparan el debate y las votaciones de unas enmiendas que es más que probable que no sirvan para nada. Hay mucho que negociar, pero nadie negocia.
Decididamente, Kafka se equivocó de país.

domingo, marzo 05, 2006

La ley que nacerá muerta


Así, con el verbo en pasado, podría haberse hablado de la LOCE. La gran desgracia de este país es que ahora con la LOE tenemos esa misma realidad en ciernes: Una ley sin consenso, hecha de espaldas al partido mayoritario de la oposición y fuente de enfrentamiento político. ¿Qué va a impedir que, cuando cambien los gobiernos y las alianzas, vuelva a cambiarse la ley?
Triste país donde la educación y la política se entremezclan de ese modo, donde la enseñanza no interesa por su misión de futuro, sino por su actualidad de enfrentamiento político, de generar debates, manifestaciones, broncas políticas y declaraciones de todo tipo. Si ya vamos a la cola de Europa en calidad del sistema educativo, ¿dónde llegaremos después de un par de leyes más a la contra?
Llega el momento en que ni siquiera es cuestión ya de que los alumnos tengan algo de cultura religiosa, porque es cultura, sino de que tengan símplemente cultura. Como padre, tiemblo, y como profesor también. Sé que, y así me lo ha enseñado la experiencia, de padres que se interesan por sus hijos, salen hijos (mayoritariamente) razonablemente educados, aunque su cultura deje a veces que desear; pero aún así cada vez encuentro que la labor docente va camino de convertirse en algo parecido a las películas estadounidenses de institutos de barrios marginales, donde los profesores apenas se atreven a salir de la sala de profesores y dar clase, y eso será un logro de todos nuestros políticos, sin importar de qué partido.
No, si al final tendrá razón Lao-Tsé en que no hay que dar demasiada cultura al pueblo, para que así no piensen y puedan ser manipulados con más facilidad.
Triste país

sábado, marzo 04, 2006

¡No en mi nombre!


Así podría contestar a aquellos que pretenden arrogarse la representación de los profesores de religión, y no parece importarles la asignatura, sólo el puesto de trabajo.
Comprendo su preocupación, todos o muchos tenemos familia y queremos llevar un sueldo a casa, queremos estabilidad laboral como profesores de religión... Pero, ¿tiene sentido hacerlo a espaldas de quien realmente da sentido a la asignatura, o incluso a espaldas de la asignatura?
No, si existen los profesores de religión es por la asignatura, y si ésta desaparece, desaparece no sólo su sentido, sino también los puestos de trabajo, y entonces... ¿Qué derechos laborales pueden existir, si ya no existe el puesto de trabajo? ¿Tener derecho al paro?
¿Alguien se ha olvidado de que el primer interesado en que haya religión en la escuela no es el gobierno de turno (a muchos de sus componentes en el fondo les da igual), sino la Iglesia, es decir, los padres que piden religión para sus hijos?
Creo que hay que recapacitar, y quizá empezar a pensar con la cabeza fría, y desde nuestra opción personal como profesores de religión.