jueves, diciembre 22, 2005

Ya somos más en la blogosfera

Bueno, podemos encontrar en la blogosfera, con un nombre parecido a éste, al profe Pancho que nos ofrece una visión lúdica y recursos para su clase, sí, para la clase de religión, esa que algunos dicen que adoctrina y no sé qué más, pero que parece que, como puede verse en este y en tantos ejemplos, ayuda a personalizar a los alumnos, a completar su visión del mundo y a hacer realmente integral su educación.

martes, diciembre 13, 2005

Curioso asunto, curioso país


Cada día que pasa mi mente se plantea con más claridad la cuestión: ¿Será que los cuerdos somos una escasa minoría? ¿O bien es que los locos somos nosotros?
Me encuentro con un país en el que los medios de comunicación se interesan por cuestiones de "ardiente actualidad" (como los errores de gobiernos anteriores), por el fútbol, por la vida y milagros de personajes de lo más variopinto... Y eso llena horas y horas de programación y páginas de periódicos, mientras no se dice ni mú de nuestros legisladores que están dirimiendo el futuro de las próximas generaciones de este país mediante la LOE.
Ya sabía, desde hace bastante tiempo, que la educación importa poco a los políticos, si no es para tirársela a la cabeza unos a otros (deporte nacional donde los haya), tampoco confiaba nada en los sindicatos, preocupados en mantener prebendas y a los que la educación de nuestros niños y jóvenes, en el fondo, se la trae al pairo. Venden el futuro por un plato de lentejas. ¿A nadie que tenga poder le importa un rábano la educación? ¿A qué jugamos? ¿No es suficiente una generación que ha sufrido la LOGSE? ¿Hace falta ahora otra que sufra la LOE?
Ya no es siquiera una cuestión de religión en la escuela sí o no. Aquí nos estamos jugando a nuestros hijos, nuestro propio futuro, y parece que a nadie le importe. Le ponemos unos parches a la ley y... ¡ya está!
Es curioso, o más bien triste, vivir en un país como éste, donde gran parte de la ciudadanía sabe con quién se acuesta algún famosillo, mientras que casi nadie sabe cómo afecta a sus hijos la nueva ley de educación (o la antigua).
Por cierto, aunque aún sea pronto, feliz navidad.