Bueno, ya tenemos a nuestra nueva ministra situada y, junto con otros (Sr. Presidente, sindicatos, asociaciones...), haciendo loas a la LOE, brindis al sol, ceremonias del despiste y demás cosas que se hacen cuando un tema no quiere tratarse, o por lo menos no se quiere que salga a la palestra. Mientras tanto, la educación en este país sigue en el aire, con una LOCE mal enterrada aún dando coletazos (hay partes que se han aplicado este curso), y con la incógnita de qué aspectos de la nueva ley entrarán en vigor el curso próximo y cuáles lo harán al siguiente, de cómo lo harán....
¿Y todo esto por qué? Mucho me sospecho que se trata de un tema de "juliosidad y agostosía", como lo son la mayor parte de las regulaciones educativas... Las cocinas del Ministerio deben estar funcionando a todo gas, por los extractores de aire nos llega el tufo a fritanga, pero no se nos cuenta el menú, y me temo que no se nos contará hasta que estemos en julio, para pillar a todo el profesorado (y a una tercera parte de España) de vacaciones, y que así no haya muchos bramidos.
Por lo menos, está claro que hay gente que no se olvida del tema, como podemos ver
aquí.
El profesorado... espera con paciencia y resignación la sexta ley educativa de la democracia, preguntándose con un poco de cinismo cómo va a ser la séptima y cuánto va a tardar. Seamos realistas... la educación en este país funciona única y exclusivamente gracias a una parte del profesorado y de los padres, que son lo suficientemente idealistas y creen en la necesidad de una educación de calidad para las futuras generaciones... Si tenemos que esperar que funcione gracias a los esfuerzos de nuestros políticos, creo que ya podemos esperar sentados, o mejor acostados.